Cada 16 de agosto recordamos con gran unción el nacimiento de Mario Mercado Vaca Guzmán, un entrañable Patricio al que le debemos tanto como bolivianos, como paceños y como bolivaristas. Mario Mercado pertenece a esa estirpe de hombres a los que no espanta el error, que creen que el error no es un pecado o una mácula, que es una escuela, y que el hijo del error es el acierto.
Mario, además de hacer infraestructura, de hacer fútbol, enseñaba que había que buscar la mejor gente para hacer los mejores dirigentes que aprendan el ideario bolivarista y enseñen a otros y así sin solución de continuidad se haría el círculo virtuoso de un Bolívar con futuro.
Por eso, el legado de Mercado es que el Bolívar no es, al Bolívar se lo va haciendo, y nosotros tenemos la obligación histórica de no permitir que muera, de transformarlo, de recrearlo, de darle nuestra impronta, buscando una nueva estructura organizativa, nuevas iniciativas de infraestructura, nuevos vínculos, una identidad compatible con este tiempo y con su historia y que ese sea el mejor homenaje a Mario, el siempre presente maestro del cambio y la realización.
Mario, además de hacer infraestructura, de hacer fútbol, enseñaba que había que buscar la mejor gente para hacer los mejores dirigentes que aprendan el ideario bolivarista y enseñen a otros y así sin solución de continuidad se haría el círculo virtuoso de un Bolívar con futuro. Mario formó a Guido Loayza para que consiga los logros deportivos que alcanzó tanto en Bolívar como en la Federación, Guido Loayza formó a Marcelo Claure para que se convierta en el mejor dirigente deportivo de Bolivia y Marcelo Claure está trabajando para formar nuevos dirigentes que sean orgullo de Bolívar y del país.